lunes, 18 de marzo de 2013

De despedidas y esas suertes



Sencillamente detesto las despedidas. 
Confieso ser la clase de persona que lloró cuando cada personaje de Friends dejó caer la llave a la mesa. Aún peor, me averguenza decir que lloré más cuando al final empieza a sonar la canción con el departamento vacío. O sea, igual no lloré, pero quería, quería mucho.
Y no sólo con Friends, miles y miles de otros ocuparon su lugar, sólo que ahora no recuerdo muy bien cada uno.
Y todo este discurso hace sentido ya que mi querida Radio Horizonte hoy muere. Se va para siempre, una pena, era la única radio buena.
Pero es como ese sentimiento de nostalgia que empieza a brotar desde dentro y es asqueroso. Es como leí por ahí: Ningún momento es irrepetible.
Y eso, hermanos míos, es la verdadera verdad.
En consecuencia, las despedidas me dan nostalgia anticipada por ese momento que se perderá.

En fin, hoy ando rara. Deben ser las hormonas jugando volley.

Hasta siempre Horizonte y república cocavina.



Ahí van Los Prehistöricos, grupo terrible de nostalgico-angst-indie-pop-guachimingo y de la ondi horizonte.

-Fin de la transmisión inútil-

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